21 abr 2016

Ejemplo de tratamiento para pieles con rojeces con la nueva línea Anti-Rojeces de Be+

Antes de nada hay que tener en cuenta que una piel con rojeces no es una piel ni intolerante ni alérgica, sino una piel que sufre un problema vascular. Por lo tanto, los productos que utilice deben estar formulados específicamente para este tipo de pieles.

Existen distintos grados de piel con rojeces:

  • Cuando se tiene una rojez difusa y permanente, no se aprecian los vasos sanguíneos pero sí una rojez generalizada estamos ante un Grado 1 o Eritrosis difusa.

  • Cuando ya sí se aprecian los capilares a simple vista estamos ante un Grado 2, Cuperosis o Telangiectasias. Si los capilares son pequeños se aprecia un enrojecimiento general; si son más grandes ya se ven los vasos en concreto.


  • Cuando ya hay rojez e incluso pápulas rojas y pústulas blancas estamos ante un Grado 3 o rosácea. Dentro de la rosácea existen a su vez varios grados según la gravedad de las lesiones.

En una piel con rojeces existen una serie de síntomas que el paciente siente y las personas que están a su alrededor ven:
  • Enrojecimiento contínuo
  • Capilares sanguíneos visibles
  • Ardor y calor intensos
  • Inflamación
  • Pápulas y pústulas en grados altos

Estos síntomas sobre todo aparecen y se agravan con los cambios de temperatura, el estrés, ejercicio excesivo, comida picante, alcohol,.. Es importante que si tienes piel con rojeces utilices protección solar con alto FPS (el sol, a la larga, vuelve más fina la epidermis y destruye fibras de colágeno y elastina, con lo que los capilares sanguíneos se hacen más visibles) e hidrates la piel para mantenerla en buen estado.

El cuidado de la piel se basa en 4 pilares básicos: limpieza, hidratación, protección y exfoliación. En base a esto el tratamiento que propongo para el cuidado de la piel con rojeces es:

  1. Limpieza: con el Bálsamo para pieles intolerantes y/o con rojeces Be+. Limpia perfectamente rostro y ojos y elimina el maquillaje resistente al agua. Gracias al aloe vera y al pantenol se consigue la acción calmante hidratante y emoliente.
Se aplica con un algodón o con las yemas de los dedos, con movimientos de “dentro hacia fuera”del rostro. Se utiliza tanto por la mañana como por la noche. Se retira con un algodón o con agua tibia.

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