La piel de los bebés tiene unas características
particulares, por eso requiere cuidados especiales.
En primer lugar es una piel muy sensible, delgada, con el estrato córneo muy fino,
sin pelo y con un alto porcentaje de agua (bastante mayor que en el adulto).
Esto hace que sea más frágil y permeable
a los productos tópicos que le aplicamos. Por esto hay que tener mucho
cuidado y aplicarle solo productos que
estén indicados para bebés, que son más suaves, inocuos, formulados con
tensioactivos y conservantes adecuados y que respetan la piel del bebé. No
utilices nunca productos para adultos o aquellos que no sean para uso
pediátrico.
![]() |
Foto de Anne Geddes |
También en los bebés la función protectora de la piel, que
se conoce como “efecto barrera”, es poco eficaz porque el sistema inmunitario y
la capacidad de defensa no están del todo desarrollados. Si no aplicas
productos adecuados puede que tengas
problemas no solo a nivel dermatológico ya que la piel del bebé no es
todavía una barrera adecuada y hay más posibilidades de que el producto la
atraviese y llegue incluso a pasar a sangre. Vuelvo a insistir en que los
productos que utilices deben indicar que son aptos para bebés o que están
testados en ellos.
La piel en el adulto protege al organismo tanto frente a
golpes, como frente al sol (la síntesis de melanina y el “ponernos morenos” es
un mecanismo de defensa frente a la radiación UV), como frente a infecciones
por bacterias (debido al carácter ácido, al pH=5,5). El manto hidrolipídico
evita la deshidratación y el que penetren en la piel sustancias químicas. En el
caso de los bebés su piel todavía es inmadura y no es capaz de realizar
completamente las funciones que cumple en el adulto por lo que existe más
riesgo de irritación e infección.
En el momento del
baño recuerda…
1. El recién nacido presenta una capa grasa llamada vérnix
caseosa que se forma entre el sexto y noveno mes de embarazo y que tiene
función protectora frente a posibles infecciones cutáneas y función nutritiva
de la piel. Esta capa no debe eliminarse frotando intensamente la piel del
bebé.
También el bebé puede presentar un vello muy fino y suave
principalmente en hombros y espalda. Se llama lanugo y desaparece a las dos
semanas.
Al bebé no hay que bañarlo hasta que su temperatura corporal
no se estabilice. Por lo menos deben pasar 24 horas desde el nacimiento para
evitar así el riesgo de hipotermia.
Los baños deben ser cortos (5 minutos) con temperaturas que
no sean elevadas (poco más de 37ºC).
Se debe prestar especial atención a las zonas anogenitales,
manos, nariz, boca y pliegues inguinales y axilares y limpiar estas zonas
tantas veces como sea necesario. El resto del cuerpo no es necesario limpiarlo
a diario. Si te gusta bañarle a diario, por establecer una rutina o porque se relaje
o refresque, puedes hacerlo solo con agua y 2- 3 días a la semana utilizar gel
(siempre específicos para bebés, tipo Mustela, Suavinex,…).
Para limpiarle utiliza una esponja suave o la mano.
Para secarle utiliza toallas de algodón y sécale a toques,
nunca arrastrando ni restregando.
2. El champú: si
el producto está bien formulado el mismo gel debe servir también como champú,
puesto que tanto al gel como al champú se le exigen los mismos requesitos.
El champú debe ser lo suficientemente viscoso como para no
resbalar y que no produzca irritación ocular.
Por experiencia personal te recomiendo el Champú Recién
Nacido para prevenir la costra láctea, de Mustela. La costra láctea son placas
de color blanquecino que pueden aparecer en el cuero cabelludo del bebé y que
tienden a desaparecer al cabo de un mes. Se produce porque las hormonas
maternas estimulan en exceso las glándulas sebáceas del cuero cabelludo y este
sebo al entrar en contacto con los microorganismos de la superficie de la
epidermis produce escamas grasas con aspecto de cera. No se deben arrancar. Se
tratan con productos que incluyen agentes queratolíticos, antiiflamatorios,
emolientes, nutritivos,…
En concreto recomiendo el champú de Mustela (el de Recién
Nacido) porque incorpora ácido salicílico, que favorece la eliminación de la
costra láctea; una base lavante para limpiar con suavidad y un activo natural
para reforzar la barrera cutánea. Realmente funciona y previene la formación de
la costra láctea.
3. Después de bañarle
siempre hay que hidratarle ya que en la piel del recién nacido puede
aparecer sequedad, tirantez y picor. Se utilizan productos emolientes, que
aumenten la elasticidad de la piel. No deben llevar perfumes, colorantes ni
conservantes y su composición debe parecerse lo más posible a la de la piel del
bebé. Se suelen utilizar triglicéridos (los más usados: aceite de almendras, de
oliva y de girasol), ceras (vegetales (aceite de joroba) o minerales
(parafina)), ácidos grasos y ceramidas. Hoy en día hay tendencia a utilizar extractos
vegetales como aloe vera (cicatrizante e hidratante), calédula officinalis
(cicatrizante, suavizante, antiinflamatorio y antiséptico), centella asiática
(cicatrizante),…
¿Qué pasa con la zona
del pañal?
Los bebés llevan todo el día el pañal puesto. Ya por este
mero hecho la flora bacteriana se suele alterar. Hay que añadir a esto que
tanto la orina como las heces pueden irritar aún más esta zona: la orina al
descomponerse da lugar a amoniaco, que es irritante. En las heces también hay
presentes dos enzimas que son irritantes.
La temperatura en esta zona es mayor. Si a esto unimos la
humedad se crea un ambiente idóneo para que aparezcan hongos (principalmente
Candida albicans) y enrojecimiento.
Se recomienda lavar el culito del bebé con agua y jabón (de
uso pediátrico). Las toallitas son muy cómodas, seguras y eficaces, pero es
mejor dejarlas para uso ocasional, cuando estemos fuera de casa. La razón es
que suelen incorporar tensioactivos no iónicos, que tienen muy buena tolerancia
dermatológica pero no tan buen poder limpiador.
Siempre hay que lavar de delante hacia atrás, para evitar
infecciones.
Después de lavar hay que secar muy bien la zona.
Si el culito está perfectamente sano no es necesario aplicar
ninguna pomada o crema específica. Si está irritado, sí. Te recomiendo Biopel o
Cicalfate (de Avéne). Biopel es de esos productos “de toda la vida” perfecta
para tratar escoceduras. Cicalfate es mucho más “joven” pero desde luego, un
imprescindible en el botiquín de casa. Regenera la piel, calma la irritación y
limita el crecimiento de las bacterias. Digo que es un básico en el botiquín de
casa porque también se puede aplicar en caso de quemaduras.
La piel de su rostro
también hay que hidratarla, tanto por la mañana como por la noche. Las marcas
cosméticas de bebés tienen productos específicos. Como he dicho antes la piel
del bebé tiene un alto contenido en agua, mucho más que los adultos, por lo que
tiene más facilidad deshidratarse y secarse. Cuanto más hidratada, más
protegida.
En cuanto a la protección
solar volver a insistir en que sea específica para bebés. Es preferible que
tú utilices la suya a que él utilice la tuya. Las de bebés suelen incorporar
filtros solares que minimizan el riesgo de alergia y no llevan perfume.
Al bebé no le expongas al sol. Los protectores solares se
aplican a partir del año, media hora antes de salir del casa, extiéndolos bien,
sin olvidar ninguna parte de su cuerpo (especial atención a orejas y pies). El
factor a elegir: protección alta 50+.
Uno de los favoritos:
la colonia del bebé
Las colonias no se deben aplicar directamente sobre la piel del
bebé porque pueden dar lugar a reacciones adversas, pero sí en su ropita.
Suelen ser bajas en alcohol o incluso algunas no llevan alcohol y utilizan en
su lugar otras sustancias (solubilizantes y polímeros emulgentes).
Mi favorita es la de Suavinex, ¿y la tuya?
No hay comentarios:
Publicar un comentario