Después del verano la piel del rostro tiende a presentar
cierta deshidratación, algunas manchas (debido a exposiciones solares
prolongadas), tono apagado, falta de vitalidad y de luminosidad. Es el momento
de ponerte manos a la obra y empezar a adquirir (o retomar) unos sencillos
hábitos que mejorarán notablemente el aspecto de tu piel.
La limpieza debe hacerse por la mañana y por la noche y es
un paso fundamental e imprescindible. Por la noche o cuando llegas a casa (no
es necesario esperar a irte a la cama) se eliminan restos de maquillaje,
cosméticos, contaminación,… Por la mañana también hay que limpiarla para
eliminar restos de cosméticos aplicados la noche anterior, restos de sudor,
secreciones,… El agua sola no limpia porque la suciedad tiene partículas grasas que el agua no puede arrastrar. Debes
elegir un producto que te ayude a dejar la piel del rostro bien limpia, que se
adapte a tu tipo de piel y a tus gustos en cuanto a la limpieza (con/sin agua).
Para la limpieza con agua se utilizan geles, espumas, cold- cream,… La limpieza
sin agua se realiza con leches limpiadoras + tónico o con aguas micelares. Es
fundamental que el producto se adapte a tu tipo de piel, para respetarla. No
debe ser agresivo.
Te puede ser útil este cuadro:
A continuación aplica el contorno de ojos, siempre con el
dedo anular, que es con el que menos fuerza tenemos, siguiendo el hueso
orbital. La piel del contorno de ojos es mucho más fina que la del resto del
rostro. La dermis en esta zona es pobre en fibras de colágeno y elastina. Está
sometida al continuo movimiento del parpadeo y muy expuesto a agresiones
externas (sol, viento, frío,…) e internas (afecciones en la microcirculación
cutánea que dan lugar a bolsas y ojeras).
Utiliza productos específicos, no los mismos que para el
rostro ya que al tener esta zona características especiales los productos
destinados a ella también los tienen, tanto en principios activos como en
excipientes.
En otoño los tratamientos a utilizar por el día son aquellos
que aportan luminosidad, como Mesolift, de Lierac, Luminescence, también de
Lierac o el Cuidado Luminosidad de Be+. Por la noche puedes aprovechar para
hacer tratamientos renovadores tipo peeling, como High Peel de Lierac.. Si tienes
manchas es el momento de tratarlas utilizando por la noche productos
despigmentantes (como Be+ despigmentante).
Utiliza siempre protección solar, es el mejor cosmético
anti-edad que existe. Existen muchas texturas que se adaptan a todos los tipos
de piel y esto hace que no resulte engorroso su aplicación. La re-aplicación
cada 2 horas resulta muy cómoda con la brocha Sunific.
Puedes elegir protección solar en formato maquillaje. No es
la protección solar con color (esta cubre menos pero igualmente se puede
utilizar. Es más, tiene muchas adeptas) si no polvos compactos con más poder
cubriente que las cremas con color.
No olvides los
tratamientos complementarios: exfoliantes y mascarillas.
Los tratamientos diarios hay que complementarlos con otro
tipo de tratamientos semanales o quincenales (la frecuencia depende del tipo y
estado de la piel). Se trata de exfoliantes y mascarillas. Los primeros
eliminan las capas más superficiales de la piel, consiguiendo que esté más
suave, luminosa (al estar más lisa la luz se refleja de manera uniforme y por
eso la piel se ve más luminosa), se difuminan arrugas superficiales y con esto
se consigue que los tratamientos que nos apliquemos después penetren mejor.
Las mascarillas son un complemento a la limpieza diaria y
según la que elijas tendrás un efecto u otro. Por ejemplo, con las de arcilla
verde se consigue una limpieza más profunda del poro debido a sus propiedades
absorbentes y purificantes; la arcilla rosa proporciona un extra de
hidratación, perfecta para pieles deshidratadas (ya sean secas o mixtas). La
arcilla naranja es purificante y tonificante y se utiliza para proporcionar
luminosidad. Pincha aquí para conocerlas más en detalle.
Una alternativa a la mascarilla de arcilla verde son los
polvos exfoliantes de Be+.
El momento perfecto para aplicarlas es por la noche: primero exfoliación, después mascarilla, porque con la piel bien limpia la acción de la mascarilla se potencia.
La mejor manera de conocer las necesidades de tu piel es
haciendo un análisis con el dermoanalizador. Medimos la hidratación, la
pigmentación, la grasa y la elasticidad. Con la cámara vemos el estado de la
piel en la profundidad.
Te animo a que pidas cita y puedas saber qué productos son
los que mejor te van.
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